Los motivos para estudiar pueden ser
múltiples: curiosidad intelectual, deseo de obtener un título, etc, pero estos
motivos tienen que distribuirse en pequeños logros a corto plazo (diarios, por
evaluación y por curso) para que al concluir cada etapa nos estimulemos para
empezar la siguiente con verdaderas ganas.
Es fundamental ser realistas y no
ponernos objetivos por encima de nuestras posibilidades. Así, por ejemplo,
quien durante todos los estudios vaya mal en matemáticas y física no debería
pensar en hacer ingeniería porque el nivel que se exige es tan alto que hasta
los que han ido de notable o sobresaliente en el colegio lo pasan mal.Otra
cuestión es el que esas malas notas se deban a haber estudiado poco y en los
últimos cursos se haga un sobre esfuerzo para ponerse a nivel.
Nos va a motivar:
·
La aplicación de técnicas y métodos de estudio y memorización.
·
El conocimiento de los fines de nuestro estudio.
·
El rendimiento que obtengamos que nos indicará si llevamos el camino
correcto.
·
La ampliación de conocimientos y su aplicación.
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